Un minuto yo tenia la llave, al siguiente las paredes se cerraban ante mi y descubrí que mis castillos estaban construidos sobre pilares de sal y pilares de arena. Fue el viento loco y salvaje que tiro las puertas para dejarme entrar, ventanas rotas y el sonido de tambores; la gente no podía creer en lo que me convertí.
Los revolucionarios esperan, mi cabeza en charola de plata. Solo una marioneta en una cuerda solitaria.. ¿Quién podría querer ser el rey?.
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